viernes. 29.03.2024

Elecciones generales, de Galindo a Díaz pasando por todos los demás

En otros territorios no va a suceder en las próximas elecciones generales lo que va a pasar en Lanzarote. Las bajas y los cambios son notables. De hecho, al Senado sólo repiten de los principales partidos la candidata del PSOE y el candidato de CC, y en el caso de los nacionalistas se les cae hasta el candidato al Congreso

Aunque algunos están empeñados en que las elecciones generales de junio se van a afrontar con una campaña sin campaña, lo cierto es que se aventuran días de notables emociones. Hacer pronósticos en estos momentos resulta complicado. Lo que parece claro, viendo que en Lanzarote ganó una formación como Podemos sin molestarse siquiera en mostrar a la sociedad el rostro y las maneras de aquellos a los que presentaba, es que los recursos y los esfuerzos de las formaciones políticas no van a ser los de siempre. Cree la mayoría, y no les falta razón, que las elecciones en un territorio de ultramar como el nuestro las volverán a ganar aquellos que tengan más minutos de televisión nacional y más y mejores críticas de los que ahora deciden por nosotros. Porque las elecciones al Congreso y al Senado en Canarias se eligen en los platós de televisión y en las radios de Madrid, que nadie se engañe.

Las elecciones parten con varias bajas. La primera y más notable es la del senador que ganó en diciembre, José Ramón Galindo. No hacía falta ser un lince del análisis político para darse cuenta de que la defensa que Podemos hizo de su senador una vez que se conocieron sus antecedentes policiales fue para salir del paso; era obvio que en el momento en el que se tuvieran que repetir los comicios, como así ha sido, buscarían cualquier excusa para eliminarle. Y la excusa apareció que ni pintada tras el acuerdo con Izquierda Unida (IU). Curiosamente, Galindo fue la única excepción que cumplió la regla de la supremacía de los candidatos de Podemos sobre los de IU. Curiosamente, el mismo día en el que Galindo se entera de que no iba a ser candidato estuvo en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote mostrando su confianza en que iría de nuevo al frente de la lista a la Cámara Alta. Curiosamente, el mismo día en el que sucede todo eso le obligan a Galindo a enviar una carta a los medios en la que parecía hacer ver que estaba muy contento de que le hubieran quitado la ilusión de volver a ganar unas elecciones. La nueva política con las mañas de siempre.

El segundo damnificado del éxito de la nueva política ha sido José Díaz. Este hombre orquesta, que lo mismo promueve una manifestación que organiza un torneo de fútbol sala, afrontó casi en solitario el imposible que suponía el representar como candidato a la Cámara Alta a una formación que él y los que le propusieron sabían que no votaba mucha gente en la Isla. Lo lógico, teniendo en cuenta que había estado a las duras, es que cuando venían las maduras contaran con él. Con la excusa peregrina de que no es afiliado, Sebastián Castilla y los suyos se quitaron de encima a José Díaz. Es normal que el hombre esté algo más que molesto. Y es que, claro, no es lo mismo presentarse por presentarse que presentarse sabiendo que tienes posibilidades reales de acceder a un chollo como es el de ser senador del Reino.

¿Ganará otra vez Podemos en Lanzarote? Nadie lo sabe. La diferencia con las anteriores elecciones es que ahora ya figuran en todas las quinielas como claros favoritos, más si además de IU son capaces de sumar los votos del resto de la izquierda desperdigada, entre ellos los de Alternativa Ciudadana y Somos, que ya se sabe que últimamente no son lo mismo.

Los menos favoritos

Eso por lo que respecta a los favoritos. Los no tan favoritos también han tenido sus problemas. Salvo en el Partido Socialista (PSOE), donde no hizo falta hacer primarias porque nadie puso en duda (ellas tampoco) que Ariagona González y Cristina Duque debían repetir como aspirantes al Senado y al Congreso, en el resto ha habido movimiento y alguna que otra castaña.

En el PSOE sólo tienen la duda, y así lo han expresado públicamente, del tipo de campaña que tienen que hacer. Quieren dar con la tecla, pero no saben cómo. Tienen claro que el ámbito local lo tienen más o menos controlado, que llevan una buena candidata al Senado y que si depende de los habituales electores podrían ganar con cierta facilidad. Lo que no tienen claro es qué hacer para llegar a esos que les pueden dar el plus que necesitan para superar a Podemos. Sobre todo porque el arrastre de lo nacional no está tan definido, y sobre todo, y esto es mucho más importante, porque el acuerdo con Nueva Canarias (NC) no les ha dado ni les va a dar los frutos que esperaban. Mucho más cuando una figura importante de la política local como es la alcaldesa de Yaiza, Gladys Acuña, ha vuelto a desafiar a sus socios en el Parlamento dejando claro que su partido, Unidos por Yaiza (UpY), no apoya el acuerdo firmado entre Román Rodríguez y José Miguel Pérez. Si a eso se le suma la crisis profunda que está experimentando NC en Lanzarote, donde ha dimitido en este periodo de entreguerras nada menos que su presidente y su vicepresidente, la cosa no pinta demasiado bien.

Los que más favorecidos salen con la repetición de las elecciones son los representantes del Partido Popular (PP). Y no porque Joel Delgado y Salvador Martínez sean mejores candidatos que Óscar Luzardo y Francisco Cabrera, que algunos pensarán que también, sino porque por primera vez desde que Astrid Pérez es presidenta insular de la formación se ha respetado la voluntad de lo que se decide en la Isla. La razón no es otra que la caída en desgracia de José Manuel Soria, que es otro de los grandes personajes que se han quedado por el camino de estos meses inciertos entre elección y elección. Ni el propio Soria se podía imaginar que los papeles de Panamá y su empeño en no decir la verdad iban a terminar como terminaron con una brillante carrera política que podría haberse prolongado hasta el infinito y más allá.

En el PP han recobrado la ilusión. Es verdad que Francisco Cabrera estuvo a punto de llamar al Santo Padre para que le incluyeran de nuevo en las listas, pero finalmente los que están son los que la actual dirección del partido querían que estuvieran. Con Joel Delgado al frente los populares tienen posibilidades de lograr el éxito en la jornada electoral de junio, y Salvador Martínez, el hombre que casi fue concejal en Yaiza y casi fue consejero en el Cabildo, les puede aportar unos cuantos votos al Congreso.

Pero lo mejor del PP, según creen ellos, está por llegar. La designación de Mari Carmen Hernández Bento como cabeza de lista en la provincia de Las Palmas deja muy claro que el poder orgánico va a cambiar de manos, y que las mujeres fuertes del partido (la propia Hernández Bento en Gran Canaria, Astrid Pérez en Lanzarote, Águeda Montelongo en Fuerteventura y Cristina Tavío en Tenerife) se harán con las riendas de la formación una vez que se acabe con el lío que supondrá de nuevo conformar gobierno.

En Ciudadanos saben que lo suyo en estos momentos es tratar de hacer el papel más digno posible. Como le ocurre a la mayoría, confían en una especie de milagro que haga cambiar la tendencia del voto, que en la Isla se ha mostrado claramente inclinado hacia la izquierda.

Carmen Pellón tampoco estará en los carteles, en su caso no por deseo del partido sino por una cuestión profesional que le impide dedicar el tiempo que este tinglado requiere. Sin embargo, nos consta que la profesora va a trabajar codo con codo con la dirección de la formación para que su sustituta, María Moreira, saque el mejor resultado posible. Algunos en Ciudadanos creen que podrían ser la sorpresa de estas elecciones. Moral desde luego no les falta.

Los de Coalición, la gran incógnita

Una vez más la gran incógnita de los comicios generales está en Coalición Canaria (CC). La formación con más poder en las administraciones locales de Lanzarote no fue capaz en diciembre de convencer a la mayoría de que Marciano Acuña y Oswaldo Betancort tenían que estar en el Senado y en el Congreso. Los nacionalistas, como ellos dicen también, luchan contra una realidad, su no inclusión en los grandes programas nacionales y el hecho de que en islas como Lanzarote y Fuerteventura existe una enorme masa de personas venidas de la Península que no están del todo involucradas en la política local y que votan en las generales por aquello que conocen. Esto lo saben en CC, y de momento son incapaces de cambiarlo. Tal vez porque no han sabido articular el discurso adecuado.

El alcalde de Teguise se ha convertido como se sabe en otra de las bajas notables con respecto a los carteles que se presentaron en diciembre. Y no lo ha hecho como venía haciéndolo hasta ahora, sin cometer errores. A sus compañeros no les ha sentado muy bien la forma en la que ha enfocado su ausencia en estos comicios, sobre todo porque en algunos medios dijo que quería dedicarse al cien por cien a su Ayuntamiento. Con este tipo de manifestaciones ha dejado mal al alcalde de Haría, que pareciera como si por presentarse al Senado abandonara a sus vecinos, y se ha dejado mal a sí mismo, porque pareciera también como si cuando se presentó en diciembre hubiera abandonado él a los suyos.

En cualquier caso, Betancort, que hasta la fecha es el político con mayor proyección dentro de CC, tenía muy claro que no iba a repetir, que no se iba a desgastar más ni por el partido ni por nadie.

Por eso, curiosamente, apareció Samuel Martín, uno de los hombres fuertes de las Juventudes y uno de los referentes del actual Comité Local de Arrecife, en constante pugna con el otro Comité Local poderoso en la Isla, el de Teguise. ¿Casualidad? En política hay pocas casualidades. ¿Principio de la batalla interna que se librará una vez que se acerque la fecha del próximo congreso y las elecciones locales? Pues probablemente

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