1.- Se llamó Jerez, en tiempos remotos, Asta Regia, y huele a vino fino. González Byass es la marca por excelencia. Hace cuarenta y cinco años estuve aquí, visité esas bodegas y escuché el discurso de un viejo guía que nos hacía reír con su voz cascada, seguramente de tanto trasegar buen fino. En las cumbres se ve el indultado toro de Osborne y el símbolo del Tío Pepe , recientemente indultado también en Madrid. Jerez es caballo y vino y su extensión me turba un poco. Es una de las urbes más extensas de España y a veces se me hace difícil orientarme. Tiene clase Jerez y sus partes viejas me hacen recordar a las ciudades bellas de Portugal, con estatuas y fuentes. El general Primo de Ri vera tiene una estatua ecuestre, cagada de palomas y en plaza principal. Las estatuas que no estén cagadas de palomas no son dignas de los próceres. La del marqués de Estella glosará, digo yo, sus victorias en África contra el moro y no su dictablanda. Los Primo de Rivera son canela fina de Jerez, no sé si quedarán muchos. Uno de ellos, Miguel , fue alcalde de la ciudad durante el franquismo, del 65 al 71. El rey lo nombró luego senador en las Cortes constituyentes.
2.- La visión de la estatua situada en la puerta de las bodegas de González Byass me recuerda a la figura de aquel inglés llegado el Puerto de la Cruz, en los primeros tiempos del hotel "Marquesa": pantalón estrecho, medias, peluca, largas patillas y zapatos de hebilla. Las bodegas fueron fundadas en 1835 y yo creo que el "Marquesa" antes, que ya no me estoy fijando mucho en las fechas. Jerez alberga barrios muy feos, pero el centro histórico tiene su encanto. No está limpio, como Málaga, y me he perdido varias veces, pero da igual porque el móvil generalmente te lleva al hotel por el camino más largo. El tráfico no es demasiado denso, o al menos esto percibo.
3.- Comer en Jerez es muy barato. Un amigo me había recomendado la "Cruz Blanca", una tasca, frente al Ayuntamiento, que está muy bien, a un tiro de piedra de mi hotel. En Jerez está situado uno de los mejores centros oncológicos por radioterapia de España, OncoJerez. Ya he dicho que estoy aquí por razones nada lúdicas, sino médicas, pero me gusta escribir de lo que veo. Andalucía tiene una excelente red de carreteras. Qué diferencia de cuando yo vine aquí hace casi medio siglo, cuando estudiaba medicina en Sevilla. No hubiera sido yo un buen médico, que era la ilusión de mi abuelo. Al final se tuvo que conformar con un mal periodista.